Somos Comunidades Cristianas que intentamos con nuestras vidas construir un mundo mejor basados en los valores del Evangelio de Jesús: Izalzu Ochagavía Ezcároz Jaurrieta Oronz Esparza de Salazar Ibilcieta Sarriés Igal Güesa Izal Gallués Iciz Uscarrés Ustés Navascués Aspurz Zaraitzu Almiradioetako Elizak Gure bizitzarekin, eta Jesusen Ebanjelioaren balioetan oinarrituz, mundu hobe bat eraikitzen gabiltzan hainbat Kristau Komunitate gara. Gauzak ondo egiteko asmoarekin elkartutako parrokiak.
Páginas
- Página principal Orri nagusia
- Invitación a las Actividades Ekintzetara gonbidapena
- Horario de Misas Meza orduak
- Fotografías, Celebraciones Argazkiak, Topaketak
- EL SINODO 2021-2024
- Nuestras Comunidades Parroquiales
- Pensando Pentsatzen
- Pasatiempos, Niños y Niñas Denbora pasagarriak eta haurrak
- Cristianos Perseguidos Kristauak eta Jazarri Elizak
- Euskaraz - En Vasco
- Pautas de meditación diaria
- Temas de Formación Teológica. Formakuntzako gaiak
- Temas de Formación Bíblica - Bibliako prestakuntzako gaiak
- Salud Mental . Odimen Osasuna
- Evangelio del día, aipatuteko egunaren Ebangelioa
- La Virgen María - Ama Birjina
- Jóvenes Gazteak
- Cursos ofrecidos
- Catequésis, Katekesia
- Participación Política del Cristiano y Democracia - Kristauaren parte-hartze politikoa eta demokrazia
- Hoja Parroquial Parrokia orria
- Películas, Film, Recomendadas, Filmak Gomendagarria
- Sígenos en nuestro perfil de facebook
- Síguenos en nuestra fan page de facebook
- Síguenos en instagram
- Síguenos en twitter
NUESTRAS PARROQUIAS
Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.
jueves, abril 25, 2024
DESIGUALDADES SOCIOECONÓMICAS
La desigualdad socava el progreso económico y agudiza las diferencias sociales generadas por aquélla.
Tanto dentro de los países como entre ellos, seguimos encontrando desigualdades derivadas de los ingresos, la localización geográfica, el género, la edad, el origen étnico, la discapacidad, la orientación sexual, la clase social y la religión. En algunas partes del mundo, estas diferencias son cada vez más acusadas.
Además, están surgiendo deficiencias en nuevos ámbitos que muy posiblemente definirán las desigualdades económicas en el futuro: acceso a las tecnologías móviles, en línea o basadas en Inteligencia Artificial.
La exclusión social y la desigualdad, que han sido siempre características estructurales en el capitalismo, están siendo naturalizadas en su comprensión social y la salida de la última crisis parece haber consolidado el triunfo práctico del capitalismo neoliberal.
El sistema vigente está implementando un tipo de economía permisiva con la cooptación de beneficios y mejores puestos de trabajo por parte de las élites, perpetuando e intensificando así todo tipo de desigualdades.
Una sociedad fraterna se construye, según la encíclica “Fratelli Tutti” del Papa Francisco, con dos ingredientes: “benevolencia”, es decir, el deseo concreto del bien del otro y “solidaridad” que se ocupa de la fragilidad y se expresa en el servicio a las personas y no a las ideologías, luchando contra la pobreza y la desigualdad.
miércoles, abril 03, 2024
El triunfo de las luchas por la vida
Ya terminó la Semana santa. ¿Olvidaremos su mensaje principal? El triunfo de la lucha por la vida y la fraternidad. Esa fue la misión que Jesús de Nazaret llevó hasta el extremo en sólo 3 años de dedicación a tiempo completo. Todo el cosmos es expresión de vida amorosa que no deja de desplegarse porque la creación sigue en marcha: lo vemos ahora con las fotos de los satélites que recorren el espacio. Acabo de escuchar en redes sociales una señora de 92 años que dice: “Se ha dejado de luchar, por eso estamos en lo que estamos… Nada tenemos heredado para siempre… Se tiene lo que se defiende”. Algo parecido dice Bertold Brecht: “No debes tener lo que no estás dispuesto a defender”. ¿Nos sorprenden estas 2 personas? Jesús decía lo mismo: “Sólo los valientes entran en el Reino de Dios”, es decir, sólo los valientes tienen vida plena y llena de fraternidad y alegría porque luchan por ellas. El infierno es para los cobardes, los individualistas y los indiferentes.
lunes, marzo 25, 2024
Sentido del Triduo Pascual
La
segunda parte de la Semana Santa está constituida por el Triduo
Pascual, que conmemora, paso a paso, los últimos acontecimientos de la
vida de Jesús, desarrollados en tres días. El triduo surge como
celebración de la fiesta grande de la Pascua, a partir de su vigilia, e
incluye la totalidad del misterio pascual. Recordemos que la celebración
anual de la Pascua es del siglo II.
El triduo estaba formado
originariamente por el Viernes y el Sábado santos como días de ayuno,
lectura de la pasión y vigilia, junto al Domingo de Resurrección.
Posteriormente, entre los siglos III y VIII se añadió el Jueves, que en
realidad era el último día de cuaresma y tiempo para preparar el triduo.
Estos tres días santos son culminación celebrativa de todo el año
litúrgico, retiro espiritual de los creyentes en comunidad y momento
principal de decisiones cristianas. Entendido el triduo como un tiempo
vital comunitario, debe ser preparado con antelación. Mejor dicho, la
Cuaresma es en realidad un retiro de cuarenta días de preparación a la
celebración de la Pascua. Recordemos que las celebraciones pascuales no
sólo son venerables por su antigüedad (siglo II), sino también porque se
centran en el núcleo básico del cristianismo. Son casi seguidas, tienen
amplitud, están relacionadas entre sí y manifiestan el sentido de la
vida cristiana en comunidad.
En la Pascua celebramos el memorial
de la liberación salvadora (tránsito de Jesucristo de la muerte a la
vida), mediante el cual recordamos el pasado, confesamos la presencia de
Dios en el presente y anticipamos el futuro. En estricto rigor, la
Pascua de Cristo es el paso «de este mundo al Padre» (Jn 13,1). Toda la
vida de Cristo es una Pascua: «Salí del Padre y he venido al mundo.
Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre» (Jn 16,28). Jesús se
encarna en el mundo sin perder su condición divina. El retorno al Padre,
a través de la resurrección, constituye un abandono de la existencia en
la carne para entrar en una nueva existencia en el Espíritu. Esto es,
en definitiva, la liberación radical, que es pascual. Por consiguiente,
la Pascua implica un proceso de transformación social y de cambio
personal. Es proceso de liberación de toda servidumbre y opresión.
La
Pascua, o Triduo Pascual, es algo más que un mero recuerdo psicológico
de los últimos días de Jesús o un aniversario de su muerte; es la
celebración cristiana -sacramental y comunitaria- de la esencia del
cristianismo (persona, acciones y palabras de Cristo en su tránsito); la
asamblea más importante de las reuniones cristianas; la conexión de
nuestro tiempo con el suceso pascual liberador; el redescubrimiento
(siempre dominical y especialmente anual) de la identidad cristiana, del
ser y misión de la Iglesia en el mundo.
En definitiva, este
«memorial» pascual es memoria subversiva, ya que Cristo subvierte los
falsos valores que circulan en la sociedad -sobre todo, la que idolatra
el poder, las armas y el dinero-, creando una alianza, un corazón y un
pueblo nuevos. Es compromiso actual desde la raíz de la justicia del
reino, causa por la que murió Cristo para la salvación de todos; esta
justicia es radicalmente distinta de la que, desgraciadamente, tiene
vigencia en el mundo. Es esperanza de vida plena, de amor total y de
verdad completa, basados en el triunfo de Cristo sobre los «infiernos»
de la naturaleza humana, sobre el pecado como muerte y sobre los ídolos
de este mundo.
domingo, marzo 03, 2024
¿AMAS A DIOS?
Si a quienes afirman creer en Dios se les preguntara si lo aman, seguramente responderían que sí.
Pero entonces cabría cuestionar: y ¿en qué consiste amar a Dios?, ¿en
tenerle cariño?, ¿en sentir bonito cuando se piensa en Él?, ¿en
regocijarse de saber que existe?
Desde luego algo debe haber de todo eso, pero no puede limitarse a un
sentimiento. Si tomamos como referencia nuestro amor hacia los demás,
podemos hacer una comparación y deducir que así como el amar a una
persona no solamente consiste en sentir bonito al tenerla presente, sino
en tratar de procurar su felicidad, cabría pensar que amar a Dios
consiste también en procurar que esté verdaderamente feliz.
Y ¿qué hace feliz a Dios? Nuestra felicidad.
Sí, a diferencia de nosotros que con frecuencia buscamos egoístamente la
felicidad sin preocuparnos por los demás o incluso los utilizamos para
que nos hagan felices, la felicidad de Dios no está centrada en Sí
mismo. Lo que a Él lo hace feliz es que nosotros seamos felices. Pero
ojo, no hay que confundir este término. La felicidad a los ojos de Dios
no consiste en que experimentemos ciertas alegrías o placeres efímeros
que nos hacen, o creemos que nos hacen felices. No. La felicidad que
Dios quiere para nosotros es la auténtica, una que no depende de las
cosas de este mundo y que por lo tanto nadie nos puede arrebatar.
¿En qué consiste esa felicidad? En vivir conforme a la voluntad de Dios,
porque sólo Él sabe lo que nos conviene, lo que nos hace bien.
Tenemos entonces que amar a Dios consiste en buscar hacerlo feliz; lo
que lo hace feliz es nuestra felicidad; lo que nos da felicidad es vivir
como Dios quiere que vivamos, y vivir como Dios quiere que vivamos es
vivir cumpliendo Sus mandamientos.
Cabría preguntar, ¿cuáles son esos mandamientos que debemos cumplir? Sin
descartar los diez mandamientos, que como dijo el Papa Benedicto XVI en
su libro ‘Jesús de Nazaret’, siguen vigentes para todos los cristianos,
podemos referirnos principalmente a uno solo que los resume todos. Dijo
Jesús: “Éste es el mandamiento Mío: que os améis los unos a los otros como Yo os he amado” (Jn 15, 12).
Así pues, regresando a la pregunta inicial y relacionándola con esto
último, podemos concluir que amar a Dios no solamente consiste en sentir
bonitos sentimientos hacia Él, sino que se tiene que notar, ¿en qué? en
que cumplimos lo que nos pide, especialmente en lo que se refiere al
amor. ¿De qué sirve llevar una cruz sobre el pecho, si ese pecho alberga
rencores y odios contra alguien?, ¿colgar un Rosario del retrovisor del
coche si el conductor nunca se acuerda de su Madre del cielo?, ¿acudir a Misa sólo
por cumplir, sin ganas de recibir todos los dones que en ella Dios
regala, y a la salida dedicarse a criticar?, ¿encomendarse a Dios, a la
Virgen y a los santos, para salir a hacer el mal?
No se ama a Dios si no se ama a los demás. Dice San Juan: “Si alguno
dice: ‘Amo a Dios’, y aborrece a su hermano es un mentiroso; pues quien
no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.” (1Jn 4,20).
Cabe aclarar que cuando Jesús dice que el que lo ama cumple Sus
mandamientos, y a éste Él y Su Padre lo aman, no está implicando que no
amen a quien no los cumple, recordemos que a través del profeta nos ha
dicho: “Los amaré aunque no lo merezcan” (Os 14, 5), sino nos
está revelando la razón por la que vale la pena cumplir los
mandamientos, por la que vale la pena amar: porque Él y Su Padre harán
en nosotros Su morada (ver Jn 14, 23).
Nuestro amor nos viene del Amor y nos atrae al Amor. Quien vive amando, vive albergando nada menos que a Dios en su corazón.
lunes, febrero 26, 2024
ESTA CUARESMA, SAL DE TU TIERRA
Hoy hemos celebrado la Eucaristía del Valle de Salazar y Almiradío de Navascués, "EN ESTA CUARESMA, SAL DE TU TIERRA" Cada dos meses se celebra en el Valle una sola eucaristía, se suspenden las demás, con el objetivo de reunirnos todos los pueblos en una de las parroquias, esta vez fue en la parroquia San Román en Ezcároz. Gracias a los que salen de sí mismo y vamos al encuentro de los otros, eso es ser la Comunidad de Jesús.
Lo normal es que busquemos la COMODIDAD. Sí: buscamos seguridad, protección. Nos instalamos en nuestro pueblo, en nuestra casa. Nos acomodamos a nuestras costumbres y tradiciones. Nos dedicamos a repetir y a conservar lo conseguido. La tentación es preferir ver la misa en la tv, desde la comodidad de nuestro sofá en vez de salir al encuentro de la comunidad. Pero una iglesia sin ideales es una iglesia muerta, y un cristiano sin utopías se pudre en su propia mezquindad. La mediocridad es siempre un pecado.
¡Sal de tu tierra, sal de ti mismo!... No te contentes con caminar por la playa con el agua hasta los tobillos: métete mar adentro. No te contentes con pasear por la falda de la montaña: atrévete a escalar la cumbre. ¡Felices los que tienen hambre y sed de perfección!
Cuando Dios se acerca al hombre, a la mujer, lo DES-INSTALA. "¡Sal de tu tierra, de tu pueblo y de tu casa!". Hay otros horizontes que descubrir. Otras tierras que recorrer. Otros ideales que conquistar. Si seguimos de verdad a Cristo, si queremos responder a su llamada, si somos coherentes con nuestra propia vocación, es preciso: "salir de nosotros mismos” dejar nuestros egoísmos, nuestros apegos, pecados.
Por una Iglesia Sinodal: comunión, participación, misión